Estamos en un mundo lleno de tecnología y la mercadotecnia nos invade en el día a día: desde la mañana, los nuevos implementos tecnológicos conviven y nos mueven, ya sea el despertador del teléfono inteligente, el reproductor de música que nos acompaña al salir a hacer ejercicio o la tableta desde la que vemos las noticias. Todo este mundo cibernético utiliza software. Y pocas veces nos preguntamos quién lo hizo o qué procedencia tiene.
Lo interesante, es que el 90% de ese software le pertenece a alguien que no solamente lucra a diario con nosotros sino que además, lo único que hace es darnos oportunidad de tenerlo instalado en nuestro equipo sin que ese software sea nuestro. A ese software, se le llama Software Privativo. Marcas como Apple, Microsoft o Adobe, nos rentan sus programas y en el momento que se les ocurre que es tiempo de seguir lucrando, actualizan y generalmente vuelven a cobrar por sus soluciones que amarran nuestros equipos eternamente a estas marcas.
¿Qué opciones tenemos, entonces? Existe algo llamado Software Libre. Tiene la misma funcionalidad y genera los mismos productos terminados que cualquier Software Privativo que conocemos.
Blender es el mejor ejemplo que tenemos y utilizamos dentro de la universidad: una poderosa herramienta para crear 3D, efectos especiales, edición de video y mucho más, equivalente a costosos programas pero con la certeza de que nunca nos cobrarán por él y siempre tendremos una licencia libre.
Te invito a que conozcas más sobre el Software Libre en: